Nadie merece tus lágrimas y quien las merezca no te hará llorar

Ven, siéntate a mi lado. Tus ojos me cuentan que no dejan de verte llorar.

Que te sientes sola en un mundo tan grande. Que él ya no te llama, ni te busca,

 ni te saca de la mano a pasear los domingos. Me cuentan que echas de menos  

sus buenos días por las mañanas. Sus buenas noches haciéndotelas en la cama. 

Que ya no te besa la frente. Ni canta contigo aquella canción que tanto os gustaba

Ven pequeña, que yo te escucho. Cuéntame las veces que no has comido este mes.

La de sonrisas falsas que has fingido delante de la gente. Las veces que te has metido debajo del  edredón para evadirte de la realidad. Todas los días que te has emborrachado para intentar olvidar. Lo valiente que te has sentido al no mandar el típico mensaje que se manda cuando echas de menos y has bebido. Aunque a la semana siguiente no hicieses otra cosa más que llorar.

Explícame las veces que te han dado ganas de mandarlo todo a la mierda. La de insomnios que tienes pegados a las ojeras. Las veces que has jurado que todo iba a cambiar. Las veces que has marcado su número y le has dado a borrar. La cantidad de mensajes que tienes en borradores.

Ven, estate atenta. Ahora quiero que me escuches a mi. Tienes 19 años. Una vida por delante y una sonrisa de muerte. La vida no se acaba porque un cabrón deje de llamarte, ni de buscarte, ni de mirarte. Que ya sabes eso de que cuando algo acaba es porque algo mejor está por venir. Que nadie merece tus lágrimas y quien las merezca no te hará llorar. Quien te quiere te busca y quien no busca excusas para no hacerlo.

Así que sal a la calle y sonríe.

Cómete el mundo.

Que a todo esto lo llaman ley de vida. Lo que pasa que a veces no saben lo hija de puta que puede llegar  a ser.

PD: Esto tenía que ser para ella. Porque cuando te pareces tanto a alguien a veces sobran las palabras. Sonríe pequeña. Nos lo merecemos