El adiós más triste del mundo

Mírala ahí, hasta sin abrir los ojos está guapa a rabiar. 

La miro fijamente a sabiendas de que esta va a ser la ultima vez que nos veamos, de que esta va a ser nuestra despedida. No estamos preparados para las despedidas. No estamos preparados para decir adiós. 

Después de una semana debatiéndose entre la vida y la muerte, he aprendido que la muerte no le he ganado la batalla, la batalla la ha ganado ella, que ha construido una familia que no la ha soltado de la mano hasta el final. Por eso ella ha ganado, porque se va tranquila, porque a pesar de toda su pena por no querer irse, se va feliz. Porque ha creado equipo, porque ha hecho unión. Porque nos ha dado todo el amor que tenía, que era mucho, y bueno, sobre todo era muy bueno. Por eso ella ha ganado, y nos ha ganado. 


Mírala ahí, hasta sin poder moverse la quiero a rabiar. 


La miro fijamente desde el cristal que nos separa intentando no pensar que será la última vez que nos veamos, intentando no pensar que esto es una despedida. 


Mírala ahí, hasta sin articular palabra está preciosa a rabiar. 


No sabe cuanto la quiero, todo el amor que me ha dado, que ha sido mucho, que ha sido bueno, se ha multiplicado por 1000, y ahora aquí estoy, mirándola sin saber que voy hacer mañana cuando ya no pueda verla.


En la vida no nos enseñan a decir adiós a las personas que nos dejan, no nos preparan para ser fuertes, para llevar el duelo de otra manera. En la vida, cuando una persona se va, no nos enseñan a quedarnos con lo bonito que nos han aportado, con todo lo bueno que nos han dado. En la vida no nos enseñan a despedirnos de las personas que no queremos que se vayan, no nos enseñan a decir adiós, por eso cuando llega el momento de la despedida, cuando llega el momento del adiós, parece que se nos va la vida con ellas. 


Por eso, a mi hoy, parece que la vida se me va contigo. 




Comentarios

Entradas populares