Hay cosas que no tienen título

Han pasado más de 40 días desde la última vez que te cogí de la mano y parece que han sido 100 noches y 50.000.000 de segundos.

He vuelto a casa por navidad y todo seguía igual. Los peques me han abrazado tan fuerte que por un momento he olvidado que estaba triste, hasta que he entrado a mi habitación y he visto tus fotos guardadas en el baúl de cosas para olvidar.

He pasado la primera noche buena sin ti aunque nunca hubiese pasado ninguna contigo. He sobrevivido a la primera noche buena sin ti y he recordado la cantidad de noches buenas que sin ser navidad me diste. He llorado porque aunque odie la navidad, siempre me hace recordar un poco más a los que ya no están. Como tú.

Por aquí casi nadie pregunta ya por ti pero yo te sigo nombrando todos los días.  En el fondo parece que no te has ido tan lejos porque cuando me da la presión en el pecho y me toco el corazón noto que sigues estando ahí.

Llevaba casi un mes sin coger papel y boli y hoy he vuelto a escribirte. He vuelto a escribirte porque el médico me ha dicho que saque todo lo que llevo dentro por eso de la enfermedad tonta que dice que tengo. Me ha prohibido las cosas que más me gustan, como si fuese tan fácil, pero el iluso se ha olvidado de ti. Cuando me iba de su consulta me ha dicho que piense menos y sea feliz e inevitablemente me he echado a reír justo antes de coger la puerta y marcharme.

Tú supongo que si lo eres, lo de feliz digo, lo dice tu sonrisa en las fotos que ya no veo pero siempre hay alguien que me cuenta. Yo por mi parte cada vez estoy menos triste, lo dice la gente que no me conoce.

Nuestra ciudad favorita está un poquito más triste desde que no nos ve besarnos en cada uno de sus rincones, y yo he llegado a odiarla tanto que no sé si algún día llegará a perdonarme. He sido idiota porque la culpa no es de los lugares, ni de las ciudades, la culpa es de las personas, y hasta ahora no había querido darme cuenta.

El día que realmente me di cuenta que todo había terminado no me quedaban lágrimas que derramar, supongo que será porque anteriormente ya las había echado todas. Me prometí a mi misma dejar de darle importancia a las cosas que demostraban que no la tenían. Por eso alcé el vuelo, empecé a organizar mi vida y a recuperar la sonrisa que semanas atrás había perdido

Si alguna vez nos volvemos a encontrar tú sonríe, siempre has tenido una sonrisa preciosa. Contigo me llevo mil momentos buenos, de ti tu cobardía y aunque es una pena no te culpes, hacerlo mal sabemos todos.

Supongo que lo dimos todo hasta el final, pero hay veces que aunque los momentos sean los correctos, las personas no.


 Y tú no has sido la mía.

Comentarios

  1. Cada frase, una punzada en el corazón. Cuánto te entiendo...Feliz 2016

    ResponderEliminar
  2. Sabina dice que a los lugares en los que has sido feliz nunca se ha de volver, pero cada día estoy más convencida que se trata de personas, como bien dices, no es culpa de los rincones, ni de las calles, ni de los portales.

    Espero que tu 2016 esté lleno de cosas y personas bonitas, y que sean el momento, el lugar y el tiempo.

    Un besito

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabina se refería a las personas, de eso estoy segura. Yo también espero que el 2016 te venga cargado de cosas y personas maravillosas. Gracias bonita

      Eliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Cada entro a leerte, te entiendo, y me duele.
    Si tú ya lo entendiste, te envidio un poco, yo aún no consigo aceptarlo, y sigo aquí con la vida rota en el sofá.
    Vaya, no sabes cuánto te entiendo, y cuánto me duele.
    Y qué hermosa manera tienes de plasmarlo todo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que entiendas este texto creo que es más malo que bueno y si duele aun más.
      El día que menos lo esperes lo habrás superado, estoy segura y ojala te acuerdes de estas letras y veas que tú también pudiste.
      Muchas gracias bonita por leerme.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares