Domingo con "d" de despedida

Los domingos ya no son lo que eran desde que existen las despedidas.
Desde que los besos saben a triste y las sonrisas son mirando a una pantalla y no a tus pequeños ojos marrones

Salté al vacío en busca de unos brazos que me abrazaran por la espalda cuando llegara el frío, y me choqué contigo, que saltabas buscando una sonrisa que reconstruyera la tuya a base de besos.

He guardado los miedos debajo de la cama, en la cajita, junto a los inseguridades, solo para ir a buscarte.

Me he comido el orgullo, y los celos solo por escuchar tu voz en mi teléfono móvil.

Los domingos ya no son lo que eran desde que me acostumbré a tu risa.
Desde que las buenas noches me las dices y no me las das.
Desde que escribirte es la única manera de sentirte un poquito más cerca.

Los domingos ya no son lo que eran, desde que dejé de quererlos para empezar a quererte a ti.