Portazo de salida número 535
Tengo 535 motivos para no quererte.
535 razones para no echarte de menos.
535 excusas para dejar de escribirte.
Y ya ves, aquí sigo.
Podría contar una historia de cuento, de esas de final feliz y principio improvisado pero sonaría tan
bonito como mentira.
Supongo que eso es lo que siempre has sido, una triste
mentira.
Llevo más de 40 días intentando no pensarte y solo lo he
conseguido uno.
Vaya putada la mía de querer emborracharme cada vez que
escucho tu nombre.
Sigo besándome los miedos por si en alguno de ellos apareces
trayéndome calma.
Calma: Paz, tranquilidad.
Calma: Todo eso que nunca nos hemos dado.
Cada vez que se acercaba una guerra, en lugar de firmar la
paz alzábamos nuestra bandera para defender nuestro territorio. Sacábamos
nuestras mejores armas transformadas en palabras y en algunas ocasiones eran
peores que algunas balas disparadas a la sien.
“Que gane el mejor” decíamos (el que menos sentimientos
tuviese).
Y bueno a día de hoy me sigue doliendo el pecho izquierdo de
tantas derrotas.
Tengo 535 motivos para odiarte.
535 razones para olvidarte.
535 excusas para mentirme.
Y bueno…
Hoy sigo perdida.
Mañana será otro día.
sí, así es..mañana será otro día,mientras tanto los lutos hay que vivirlos desde lo más hondo.. Me encanta como escribes!
ResponderEliminarEsas puertas que se atascan y por más portazos que sigamos dándole al final siempre la dejamos entre abierta "por si acaso". No sé si es debilidad o estupidez, pero como dices, mañana será otro día. Podemos permitirnos caer, aunque no del todo: lo que ha pasado nunca volverá, y si vuelve, nunca será como antes.
ResponderEliminarBesos