Hay cosas que no sé como evitar

No sé cómo decírtelo pero creo que te quiero. No sé en qué momento mi cabeza empezó a pensar en ti, ni mis ganas se convirtieron en ganas de cosas contigo. No sé como fue que empecé a mirarte con otros ojos, ni como fue que empezaron a gustarme tus mensajes de buenos días. No sé como empezó todo, ni siquiera sé como hemos llegado hasta aquí. 

No sé como decírtelo pero creo que necesito de ti. 

No sé como ha pasado pero necesito tu risa al otro lado del sofá, que me hagas cosquillas entre cervezas, que te rías de mis tonterías, que me piques y después me abraces, que hagas planes conmigo aunque me tengas lejos.

No sé, de verdad que no sé cómo ha ocurrido pero creo que me importas.

No sé a qué hora ni que día empezaron a gustarme tus cenas rápidas, tus ganas de incitarme a hacer cosas que jamás hubiese podido imaginar hacer, tu manera de abrazarme mientras me hago la dormida, tus mordiscos por la mañana y tu manera de quitar el despertador y llegar tarde al trabajo por quedarte un rato más pegado a mi cintura. 

No sé por qué pero he roto mi promesa. 

Prometí no volverme a ilusionar con nadie hasta que he descubierto que me he ilusionado de tu cabeza loca. 

No sé, te lo aseguro. 

Te aseguro que yo no quería esto, que esto no estaba entre mis planes pero ha ocurrido,

Porque un día llega alguien a tu vida que encaja perfectamente con tu risa y te hace ver que a su lado la libertad es una suma en positivo. Y te suma. Y lo quieres para ti pero nunca tuyo porque ambos sabéis que nadie es propiedad de nadie. Y sonreís cada vez que sabéis que os vais a ver. Y cuando os veis sonreís el doble. Y eso, justo eso es la respuesta a todos los no sé que en el fondo sí sabes.