Ciudades salvavidas

No sabía nada de él. Ni siquiera su nombre. Eran un auténtico desconocido que empezaba a despertar mi curiosidad y mis ganas de reír. No sabía nada de su vida, si estudiaba o trabajaba, si era más de estudiárselas o de trabajárselas. Si era de los que follaban o de los que fallaban. No sabía cual era su comida favorita, ni su color, ni su talla de pantalón. Ni siquiera si daba la talla, en la vida.  No sabia nada de él, ni su edad, ni su estatura, ni a qué hora se despertaba por las mañanas, ni si pensaba en alguien antes de dormir. No sabía si era más de bailar pegado o el agua, si era de tragar o de escupir palabras. Si era orgulloso, amable, cariñoso, romántico o un golfo. Si bebía para divertirse o para olvidar. Si tenía a alguien a quien olvidar. Si le habían roto alguna vez el corazón o si el lo había roto. Si era solución o problema. Cura o enfermedad. Si sonreía al pensar en alguien o si al escuchar alguna canción se le venían recuerdos a la cabeza. A qué sabían sus recuerdos. Si era más de rock o de dubstep, de playa o de montaña, de frío o de calor. Si es de los que duerme en pijama o de los que se tapan en verano con la sábana, Si es de los que le dan mil vueltas a todo o se deja llevar por los impulsos. Si es de dejarse guiar por la cabeza o por el corazón. Cual era su estación del año favorita, y su mes, y su día y su número de la suerte

“Era la incógnita a resolver más bonita de mi vida”

No sabía nada de mi. Ni siquiera mi nombre. Era una auténtica desconocida que empezaba a despertar su curiosidad y sus ganas de soñar. No sabía nada de mi vida, que vivía y estudiaba en una ciudad que no era la mía. Que me gustaba más estudiar a las personas antes de trabajármelas y que siempre he sido más de follar que de fallar. No sabía nada de mi, ni que la pasta era mi comida favorita, el rosa mi color y utilizaba un 36 de pantalón. Ni siquiera que a veces no había sabido dar la talla, en otras vidas. No sabia ni de mis 20 primaveras, ni de mi uno sesenta y dos, ni que siempre que podía adoraba despertarme tarde, ni que hacía demasiado tiempo que no pensaba en nadie antes de dormir hasta que apareció.  No sabía nada de mi, que era más de bailar pegado aunque alguna que otra vez haya bailado el agua, que era más de escupir las palabras para no atragantarme. Que soy risueña, extrovertida, soñadora y un poco cabezota. Que bebo para divertirme y también lo he hecho para olvidar. Que a día de hoy no tengo a nadie a quien olvidar. Que me han roto más de una vez el corazón y puede que yo haya roto alguno, pero prometo que siempre ha sido sin querer. Siempre he sido más solución que problema. Más cura que enfermedad. Que sonrío al pensar en él y siempre que escucho canciones inevitablemente me vienen recuerdos. Que mis recuerdos unos saben a decepciones y otros a muchas risas. Que soy más de rock que de dubstep, que adoro la playa y odio el frío. Que siempre he sido de dormir en pijama y de taparme en verano, de impulsos y de dejarme guiar por ese órgano que palpita, al que llaman corazón. Que me encantaría que fuese mi estación del año favorita, y mi mes, y mi día, y mi número de la suerte.

“Es la ciudad salvavidas en la que quiero perderme todos los días de mi vida”

Me he enamorado de una ciudad por sus personas.
Me he enamorado de su persona, en esa ciudad.

Comentarios

  1. “Era la incógnita a resolver más bonita de mi vida”. Precioso texto.
    Un beso gigante.

    ResponderEliminar
  2. Qué preciosidad de texto, de sensaciones y de todo. Ojalá os conozcáis más, y eso no signifique la decepción, sino las ganas de vivir aún más fuerte.

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Buen domingo. Pasaba por este rinconcito para agradecerte que dejaras un comentario en mi blog, me alegra mucho que te gustara la entrada que con tanto cuidado y cariño escribí.

    "Ni siquiera si daba la talla, en la vida", eso ha sido un golpe muy bueno en el texto. Al terminar de leer el primer párrafo me he quedado pensando "¿conozco yo todo eso?" y es que... Cuantas veces se nos escapan los detalles que realmente definen a la otra persona. Cuantas veces nos preocupamos y preguntamos datos sobre la otra persona que son completamente irrelevantes para conocerla. Me ha recordado al verano, no sé porqué... Quizás a las largas noches de charlas en las que conoces un poco más a quien creías que reconocerías hasta por la huella dactilar.

    El final del texto, esos dos versos, me han parecido el cierre perfecto. Ha sido un placer leerte. Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  4. Y así empiueza una gran historia de amor M ...... besos que disfrutes :*

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares