Hablo con la seguridad que me da haberte llorando a mares y haber salido a flote. Por fin.

Capítulo 7 de mi vida sin ti:

¿Dónde cojones estás cuando no te llamo?

¿A qué víctima le toca ahora perderse entre tus hoyuelos?

Pobre ilusas, no saben donde se meten, o quizá sí, pero como a mi, les importará una mierda jugar a perder. Porque de sobra saben que van a perder.

No hubo despedida, ni final. Ni principio. Mucho menos principios. Solo dosis de mentiras, y de mentiras, y de mentiras.

Me mataste en el intento. Quédate tus cosas, ya no las necesito.

Quédate los mensajes de buenas noches que no eran para mi. Todo el repertorio de excusas y todos los besos que ya no me dabas porque empezaban a tener otros nombres.

Que te follen, y ojala siempre te quieran mal.

Hablo con la seguridad que me da haberte llorando a mares y haber salido a flote. Por fin.

Tú quédate en tu nube, nunca vas a salir de ella. Yo me quedo con el tiempo perdido, pero también con el enorme alivio que me da la indiferencia.

Ya no me das nostalgia, Me das pena.

Si juntas todo lo que me produces te puedes hacer un récord guinness de decepción de personas. Te felicito campeón. Eres un crack.

“Las manos arriba, donde yo pueda verlas”, y estaban siempre en el culo de toda idiota que se te ponía por delante.

Dile a tu cinismo que ha sido un placer compartir tantos momentos, pero que entre tú y yo, ahora me quedo conmigo.

A mi el príncipe no me salió rana, me salió gilipollas.

Vete con tus mentiras a otras partes.

Encantada de desconocerte.